Era realmente raro cómo habían sucedido las cosas.De repente, todo se rompía. Sí, lo mirabas y se rompía. Nada parecía ser lo suficientemente fuerte como para resistir tantas ausencias, ni siquiera él. Ahora se le hundían los pies en las aceras. No podía dar ni un paso más.
31/1/08
Ángela + Paz
Hay una regla que dice que los domingos siempre llueve. Al menos así lo cree él. Todos los domingos por la tarde, coge su libro rojo, pone su disco triste y se sienta en el sofá mirando a la ventana. Al principio, todos en casa pensaban que estaba loco, ahora ya se han acostumbrado.Y él, poco a poco, ha construido un mapa de las trayectorias más seguidas por las gotas en el cristal, y ha notado que muy pocas se resisten a caer y hacer un charco.
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